La menopausia es una etapa natural y poderosa en la vida de toda mujer, repleta de cambios físicos y emocionales que te brindan la oportunidad de redescubrirte y reinventar tu estilo de vida.1
Es muy probable que ya estés familiarizada con los síntomas físicos más comunes como los sofocos, la sudoración nocturna y con los cambios emocionales, sin embargo, una de las manifestaciones que puede tener un impacto profundo en el día a día es el dolor.1
¿Alguna vez has sentido molestias musculares o dolores articulares que parecen no desaparecer? ¿Has notado cómo estos síntomas pueden afectar tu calidad de vida y tu bienestar? No eres la única, la mitad de las mujeres en la etapa de la menopausia manifiesta algún tipo de dolor crónico según un estudio publicado por la Sociedad Norteamérica de Menopausia, en 200.000 mujeres.1,2
El dolor puede volverse un compañero constante, sin embargo, con información y recursos apropiados podrás enfrentar este desafío con confianza y convertir el dolor en una oportunidad para el autocuidado.1
El dolor es una experiencia individual
Cuando se trata del dolor, es fundamental reconocer que cada mujer vive esta experiencia de manera individual y única. La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) ha adaptado su definición para resaltar que, independientemente de si hay un daño visible o no, el dolor es una experiencia sensorial y emocional que puede resultar desagradable y que es profundamente personal.2
Entender lo que ocurre con el dolor durante la menopausia puede ser un paso importante para afrontarlo de una manera más aceptable y llevadera.
¿Por qué ocurre el dolor en la menopausia?
Varios factores hacen que las mujeres en general sean más vulnerables al dolor en esta etapa de la vida, revisemos los más frecuentes: 2,4-7
Cambios hormonales: La disminución de estrógeno, progesterona y otras hormonas sexuales puede afectar la salud de tus huesos, músculos, articulaciones y de la mucosa vaginal, ocasionando dolores articulares y musculares, mayor posibilidad de fracturas y relaciones sexuales dolorosas.
Síntomas vasomotores: Los sofocos y sudores nocturnos pueden interrumpir el sueño, y aumentar la sensibilidad al dolor.
Cambios psicológicos: Los síntomas de ansiedad y depresión, frecuentes en la menopausia, se pueden manifestar como dolor físico: el dolor y las emociones comparten los mismos mensajeros químicos en el cerebro.
Condiciones preexistentes: Muchas mujeres ya pueden tener condiciones como artritis o fibromialgia que se agravan durante la menopausia.
Las múltiples caras del dolor
En la menopausia pueden aparecer nuevas formas de dolor y también, algunas molestias que ya existían se pueden hacer más intensas. Hablemos de las más frecuentes:4,6,7
Músculos, huesos y articulaciones: los más afectados
¿Te has fijado que hay más mujeres que hombres con artritis reumatoidea, osteoartritis o fibromialgia? Esto se debe a que las hormonas sexuales juegan un papel crucial en el funcionamiento de nuestros músculos y articulaciones y en las vías nerviosas del dolor. Durante la menopausia, cuando los niveles de estrógeno y progesterona disminuyen, aumenta el dolor y la inflamación asociadas a estas enfermedades.5,6
Otros factores como el envejecimiento, cambios en la distribución de la grasa corporal, la depresión, falta de sueño y fatiga, así como la genética, pueden influir en la forma en que sientes el dolor.6,7
Como dato interesante, 7 de cada 10 mujeres en la perimenopausia sienten dolor en músculos y articulaciones de las manos, caderas o rodillas. En la menopausia, el dolor musculoesquelético es uno de los síntomas más comunes en 6 de cada 10 mujeres, incluso en 2 de cada 10 es el síntoma predominante por encima de los sofocos, sudoración nocturna o dificultad para dormir.6,7
¿Qué ocurre con la migraña?
La migraña es un tipo de dolor de cabeza que muchas mujeres comienzan a experimentar en la juventud y que puede ser más intenso y frecuente al llegar a la mediana edad.8
Si este es tu caso, es importante que sepas que esto se debe a las variaciones de estrógenos, similares a las que ocurren en tu ciclo menstrual. La buena noticia es que, una vez que los niveles hormonales se estabilizan en la postmenopausia, la migraña puede mejorar.9 Solo debes tener un poco de paciencia ya que los niveles de hormonas pueden tardar uno o dos años en estabilizarse completamente.9
Para controlar la migraña es esencial que mantengas buenos hábitos de alimentación, sueño y actividad física, y limitar los posibles desencadenantes de una crisis. Estos hábitos son tan importantes después de la menopausia como lo eran antes.9
Dolor pélvico en la menopausia
Al disminuir los niveles de estrógeno, los músculos que sostienen la vejiga y los tejidos que rodean la vagina y la uretra se debilitan y las infecciones de la vejiga se vuelven más comunes.10
La sequedad vaginal, el dolor durante las relaciones sexuales, la urgencia urinaria, y las infecciones urinarias se hacen más frecuentes y forma parte del llamado síndrome genitourinario de la menopausia. Cuatro de cada 10 mujeres puede tener ocasionalmente relaciones sexuales dolorosas.4,10
Calambres menopáusicos
¿Has sentido cólicos como cuando tenías tu menstruación? Este es otro de los dolores frecuentes en la menopausia y se conoce como “calambres menopáusicos”. Es un dolor intenso en la parte baja del abdomen, a veces acompañado de hinchazón, gases, náuseas o incluso sangrado vaginal inesperado.11
Generalmente se asocian a fibromas, endometriosis o problemas digestivos como el síndrome de Intestino Irritable.11
Dolor en los senos: ¡No te alarmes!
Entendemos que es natural que te preocupes por cualquier síntoma en los senos, pero no hay razón para alarmarse. Durante la transición a la menopausia 4 de cada 10 mujeres experimentan dolor en los senos, aunque cada una lo vive de manera diferente. Algunas sienten sensibilidad, ardor o dolor, mientras que otras experimentan un dolor punzante o palpitante en uno o ambos senos.12
El dolor y la sensibilidad en los senos rara vez son signos tempranos de cáncer de mama. Sin embargo, es importante consultar a un médico si te preocupa, especialmente si encuentras un bulto, notas cambios en la apariencia de tus senos o pezones, o si hay secreción en los pezones.12
¿Cómo puedo manejar el dolor en la menopausia?1,5,13
- Mantente activa y con un peso saludable: Esto puede aliviar la presión en las articulaciones, fortalecer los músculos y reducir la inflamación. Ejercicios de bajo impacto como nadar o andar en bicicleta tonifican tus músculos y reducen el riesgo de lesiones.
- Relájate: Practica técnicas de relajación como el yoga y la meditación consciente para reducir el estrés, te ayudará a controlar la percepción del dolor.
- Aprende a decir no: No te sientas obligada a aceptar más responsabilidades de las que puedes manejar. Reducir el estrés es clave para manejar el dolor.
- Cuida tu sueño: Dormir bien es esencial. La falta de sueño puede aumentar la sensación de dolor. Intenta limitar la cafeína y el alcohol por la noche, apaga las pantallas brillantes y prepárate para un buen descanso.
- Adopta hábitos saludables: Considera dejar de fumar y adoptar hábitos que mejoren la circulación y reduzcan el estrés, aumentando así tu bienestar general.
- Tratamiento médico: Consulta con tu médico, existen terapias que te pueden ayudar a controlar síntomas, como por ejemplo del síndrome genitourinario.
Recuerda que cada pequeño cambio puede marcar una gran diferencia en cómo te sientes. ¡Prioriza tu bienestar!
REFERENCIAS
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Australia Menopause Centre. Pain in Menopause. Disponible online: https://www.menopausecentre.com.au/pain-in-menopause. Accesado en septiembre 2024.
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